Don Quijote



     Durante el primer trimestre de este  curso escolar, vamos a rendir  nuestro pequeño homenaje a Don Miguel de Cervantes Saavedra, el escritor más importante de nuestra literatura y  a la obra más destacada de la literatura española y una de las principales de la literatura universal: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.

     Para leerlo, hemos elegido una adaptación de la obra. Después de la lectura de cada capítulo, hacemos un coloquio del mismo y respondemos preguntas de comprensión y vocabulario. Por último, lo ilustramos. Además, acompañamos el trabajo con crucigramas, juegos, citas importantes...

     Los tipos de textos que trabajamos en el área de Lengua y Literatura, lo relacionamos con El Quijote. 

     EL ESLOGAN: 

Es una frase breve, expresiva y fácil de recordar, que se utiliza en publicidad comercial, propaganda política, etc.

    En clase, en parejas o individualmente, se han realizado eslóganes para fomentar la lectura de esta novela y han quedado "muy profesionales". Cada alumno, explicó al resto de los compañeros qué había querido decir con su eslogan.


























      EL DIARIO

      Un diario es un cuaderno en el que una persona anota cada día los acontecimientos más interesantes que le han ocurrido. También puede añadir sus pensamientos, ideas y sentimientos.

     Nos hemos imaginado que somos Don Quijote de la Mancha y vamos a contar en nuestro diario nuestra primera salida en busca de aventuras. Aunque los hechos son los mismos, lo hemos contado de distintas maneras. A continuación , algunos ejemplos.

                                                                    
                                                                                   Martes, 10 de julio de 1605
     Querido diario:

     Hoy, por fin, he salido en busca de aventuras.
  Iba montado en Rocinante cuando me he dado cuenta de que aún no había sido nombrado caballero. "Haré que el primero que pase me nombre caballero"- he pensado.
     Un rato después, he visto un castillo a lo lejos. En la puerta había dos hermosas damas esperándome. Eran muy guapas pero Dulcinea del Toboso siempre será la más bella.
     Me han llevado hasta el alcaide del castillo y le he pedido que me nombrara caballero. No podía ser nombrado caballero por un campesino, por eso se lo he dicho.
     El buen hombre ha aceptado, así que he cogido mis armas y me he puesto a velarlas. Lo he hecho en el patio, en una gran fuente.
     Un campesino se ha acercado y ha quitado mis armas. Le he pegado en la cabeza con mi lanza y ha quedado inconsciente.
     Luego ha sucedido lo mismo con otro hombre.
     Las demás personas alojadas en el castillo me han tirado flechas y me he tapado con mi adarga; no me han dado en ningún intento.
     ¡Oh! Por ahí viene el alcaide a nombrarme caballero.
     Hasta otra aventura, diario.
                                                                                     (Natalia Jiménez)



                                                                                                              10 de julio de 1605 
     Hola diario:

     Hoy, el día más caluroso de julio,  he salido para ser caballero andante. Voy con Rocinante, el mejor rocín. Cuando iba por el camino, me acordé de que no me habían nombrado caballero.

     Al atardecer me encontré un castillo y, a la entrada, unas bellas damas. Llamaron  al alcalde y me dio una buena comida. Las bellas damas me quitaron la armadura; todo menos la celada que se había quedado atascada.

     Para tomarme el vino, el alcalde cogió un trozo de caña y me lo metió entre las rejillas de la celada.

     Al terminar de comer, le dije si podía nombrarme caballero, me respondió que velara mis armas en la pila del pozo. Al cabo de un buen rato, vino un arriero; le advertí de que no tocara mis armas pero no me hizo caso y le lancé mi lanza. Después, vino otro arriero y pasó lo mismo. Todos se enteraron y empezaron a tirarme piedras. El alcalde dijo que pararan, me nombró caballero y me fui a vivir aventuras.
                                                                                                   (Jorge Sánchez)


                                                                                          
                                                                      18 de julio de 1605


Querido diario:
  
    Hoy he salido con mi rocín en busca de aventuras. Cuando llevaba un rato caminando, me di cuenta de que no podía entrar en combate pues no me habían nombrado caballero. Pensé que al primero que pasara le rogaría que me nombrara caballero.

     Ya casi de noche, vi un castillo a lo lejos. Fui corriendo con mi rocín hasta allí. A la entrada había dos bellas damas. El alcaide del castillo me dio de comer y de beber. Después, nos fuimos a un cuarto pequeño y le pedí que me nombrara caballero. Me contestó que me nombraría caballero pero que primero tendría que velar las armas.

     Mientras velaba las armas, dos arrieros me atacaron y yo me defendí con mis armas. A todo esto, vino la gente del castillo y comenzaron a tirarme piedras, ¡pobre de mí! 
      Cuando vino el alcaide, me nombró caballero.¡Fue genial!

     ¡Hasta otro día!                                                                          

                                                                                            ( Eire Iglesias)              



    Querido diario:

     Esta mañana he decidido salir en busca de aventura; el sol pegaba con fuerza pero, aún así, no me  he parado. Rocinante y yo hemos seguido adelante. Poco después, me he dado cuenta de que no había sido nombrado caballero. En ese momento, se me ha ocurrido que me nombrara caballero el primero que me encontrara por el camino.

     Al cabo de un rato, cuando estaba achicharrado de calor, vi un castillo muy lujoso con cuatro torreones y un gran puente levadizo; también se podían visualizar dos bellíssimas doncellas a la entrada del castillo.

     Al llegar, me quitaron las armas, intentaron quitarme la celada pero no pudieron. Llegó el alcalde del castillo, una persona agradable,me puso una mesa a la entrada para que no pasase calor. Después, me sirvieron un bacalao para chuparse los dedos y pan tierno. Necesitado de beber, el alcalde tuvo una idea. Me puso una cañita para que pudiera beber. Le pedí que me nombrara caballero pero, como todo caballero noble, primero debía velar mis armas en la capilla y así lo hice. 

     Después de que el alcalde me nombrara caballero, me marché de aquel sitio para no volver.

                                                                                                               (Ana Alarcón)


     Querido diario:

     Hoy me he puesto la armadura, he cogido a Rocinante y he salido en busca de aventuras.He salido por la parte de atrás para que no me viese nadie. Tenía mucho calor y, gracias a eso, se me refrescó la mente. Me acordé de que no me habían nombrado caballero; entonces pensé que con la primera persona que me topase, le pediría que me nombrase caballero.

     Al cabo de un rato, vi un castillo enorme y me acerqué a ver. Entré, vi  dos doncellas que me ayudaron a quitarme el espaldar y el peto pero la celada no se pudo quitar: entonces el alcalde del castillo para  cenar, con una caña, me dio el vino.

     Más tarde, le pedí al alcaide que me nombrase caballero y me dijo que primero tenía que velar las armas durante toda la noche. Puse las armas en una pila al lado del pozo. Vino un arriero y las apartó. Yo me enfadé y le di con mi lanza y se cayó. Vino otro e hizo lo mismo. Yo le di, se cayó, gritó y vinieron todos los del castillo. Me lanzaron piedras.¡Menos mal que me protegí con mi adarga! El alcalde les dijo que no me tirasen más piedras. Me nombró caballero y me fui contento y sin pagar.

                                                                                                         ( Alejandro Rodríguez)

EL CÓMIC

 
 




 Una historieta o cómic es una serie de dibujos que constituyen un relato, con o sin texto, así como al medio de comunicación en su conjunto.
  En clase leímos un cómic sobre Don Quijote, escrito en versos pareados en un libro titulado Héroes en zapatillas. Nos gustó mucho, así que decidimos copiarlo para iniciarnos en este arte.

 Posteriormente, nos inventamos aventuras de nuestro héroe y las hicimos siguiendo las reglas de este tipo de texto.