El día 20 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Infancia. Para celebrarlo, hemos realizado una actividad propuesta por UNICEF. Se titula: Derechos y emociones. ¿Cómo nos sentimos cuando nuestros derechos no se cumplen?
En primer lugar, nos hemos dividido en grupos y, cada uno, ha estudiado un caso de niños o niñas que tienen algún problema. Luego, lo hemos expuesto a los compañeros.
EL CASO DE NORA
Nora vive en un pueblo cerca de lo que antes era un enorme lago. Años de sequía han hecho que las aguas casi desaparezcan y ahora los pescadores, ganaderos y agricultores del pueblo han perdido sus medios de vida. Casi no hay ni agua para beber y tienen que ir a un pozo lejano a traerla en garrafas. La familia de Nora tiene muchas deudas por la pérdida de cosechas, y como otras familias de la región, se plantean emigrar a otro lugar. Nora quiere que las cosas sean como antes, pero teme que eso no sea posible.
Hace mucho tiempo, Pedro tuvo un tropezón en el recreo y un grupo de otra clase se rió mucho. Las bromas continuaron bastante tiempo, dejaron de ser graciosas y ahora tiene un mote por el que le conoce medio colegio. Algunos chicos mayores le empujan en la escalera y se meten con él y un par de chicas de su clase le envían mensajes que, más que bromas, parecen insultos. Pedro ha intentado hablar con los adultos pero no se atreve: no entiende cómo nadie se da cuenta de que lo pasa mal y a veces se pregunta si es él el que está equivocado.
MANIFIESTO
• Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derechos, independientemente de cómo sean, donde vivan, cuánto tengan, qué opinen, cómo sea su familia y cualquier otra característica suya o de su entorno.
• El respeto a los derechos de la infancia es necesario para que todos (incluidos los adultos) vivamos mejor.
• Además, el cumplimiento de los derechos nos hace sentir bien. Las injusticias nos enfadan, entristecen y decepcionan y necesitamos solucionarlas y lograr un mundo más justo para toda la infancia.